¿Sabés qué es lo jodido? A veces no sé bien si perseguirte hasta cansarte, o hasta que te des vuelta de golpe y tus rulos me acaricien eléctricos, en una sucesión de segundos que pueden llegar a formar la composición más hermosa del mundo, que en definitiva no dura nada y a los pocos días sólo es un detalle más en dos caminos condenados a perseguirse sin entrecruzarse nunca.
Es que a veces, cuando hablás, movés los labios de una manera tan hipnótica, que uno se ve obligado a mirarlos desde abajo (que además es la perspectiva perfecta para mirarte toda), y el mundo parece menos mundo, y los espejos nos devuelven el sentido, y siempre terminamos siendo los mismos, y nunca arriesgamos nada, y nos envuelve un paisaje sincrónico hasta el hartazgo.
Por suerte no pienso nada de eso cuando me atrapan. Me dejo llevar despacio al trance, imaginando todas las formas posibles de acariciar por completo esos gestos de acuarela y mate amargo, hasta quedarme dormido. Aunque después te enoje el saber que por momentos no te escucho, y te canses de repetirme todo lo que debería haber aprendido antes de ir a golpearte la puerta, invadir tu vida, usar tus silencios, y robar tus espacios.
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1 comentario:
no voy a añadir mas palabras, simplemente Me gustó
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