miércoles, 27 de octubre de 2010

BCRD

BCRD
Lo escribe en la parte de arriba de una larga tira de líneas negras que cruzan constantemente los escalones rojos. De todas formas es irrelevante, dice. ¿Viste que en las películas se ve, en la máquina que marca el pulso, un zigzag constante? Bueno, el tuyo dibuja conejitos.
Bloqueo Completo de Rama Derecha. Yo no le pregunté nada. En el momento en que ella lo dijo, los vi. Ahora, con el papel a mano, me cuesta imaginarme animales cruzando el pentagrama de mi vida. Tanto hablar del discurso médico y ella, en vez de decir que todos tenemos algo que se llama has de His (punto de división en la conducción eléctrica del cuore) y que en el mío la división a la derecha no anda; me dice que dibujo conejitos.
El impulso que debería llegar en el mismo momento a golpear en dos lados distintos, pasa primero por la izquierda y luego de un rodeo, le pega a la derecha.
Siempre creí que tenía que ver con la familia, los estudios, la condición social, las inquietudes, las mentiras en la tele, los chicos muertos, los milicos, la lógica del resentido, el fascismo de la vida cotidiana, la aniquilación de las culturas, la comunidad inoperante, el partidismo y la negociación, los neopastores estudiantiles, la capitalización del voto, la demagogia marabúntica, la ley del soliloquio, los depósitos manicomiales, la educación carcelaria, el silencio y la mirada hacia otra parte. Y no, era el cuore.
Y más sorprendente es saber que si fuese a la inversa tendría que hacerme un chequeo completo, porque sería MI salud la que estuviese en riesgo. ¿Biopolítica?

jueves, 28 de enero de 2010

Adiós a Jerome

Lo conocí cuando me regalaron los nueve cuentos, hecho que impactó terriblemente en todos los momentos que siguieron al sentarme a escribir.

Y falleció Salinger, y lo dijeron en todas las noticias a toda esa gente que nunca él quiso conocer.

lunes, 18 de enero de 2010

La pregnancia de los bordes

La soledad es un espacio frío, una suma de antinomias descartadas. Ecos de los caracteres del viento, vientres salados de espuma violácea. Panacea de un encuentro, savia de tu iris ámbar marino, nácar errante de tu frente liz. Ambos pasos a metros del olvido. Azucar derramada del cristal en flor.
Subo enredado al cántaro.
Dos marcos de piedra nutren los caminos en tu espalda.
A veces el tiempo son demasiadas escaleras caracol. Tu frente liz aún derrama vientres y flores. La suma de tus ecos son espuma en los espacios fríos. Los olvidos en tus pasos son savia, antinomia y soledades.
Cubro los marcos, seco los bordes, beso la espuma.
Dejo en cada silencio el eterno retorno empapado de tus labios: todavía cuentan, desgranados, cada uno de los siglos que auguraron nuevos rumbos.