viernes, 24 de octubre de 2008

IV

El desgarro perfecto,
la marea,
el sueño en vida
de un color perdido.

El brillo inconsciente de
mil espejos
deshaciéndose en gotas
sobre el cuerpo desnudo,
Perdiendo el nombre
entre ecos y matices
sin control,
en un giro eterno de ruegos
salvajes.

El alma en escala
de grises,
los poros cansados
de gritar,
y un último suspiro
entrecortado
que carcome el sabor
de la luna nueva.

No hay comentarios: