Tu boca no sabe
de huracanes
ni de pausas,
de microcosmos
con estratagemas o
conquistas
postergadas,
aletargadas,
sinópticas,
lábiles o
indiferentes.
Tus labios imprimen
los pasos
sólo para poder hablar
de huellas,
de espacios
y ausencias,
de dicotomías infantiles,
del por qué
del metatarso,
de la falsabilidad del destino.
Otro patíbulo inmanente-nacarado
demonofáctico imbuído de desorden
sortílego, peltre entramado imbestido
y arbóreo,
coral,
epíteto o
translúcido.
PD: Y que la puma del tigre se haga cargo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
mi boca que tanto y tanto dice, se queda muda en frente tuyo... quiere, pero no puede, se angustia y llora. Pero siempre o casi siempre te grita en silencio cuanto te necesita, y lo mucho que te quiere.
la puma del tigre de a poco se hace cargo.
demasiado cursi para mi boca, pero por suerte lo estoy escribiendo.
te quiero bonito
Publicar un comentario