viernes, 19 de junio de 2009
La postura
Porque la intención es otra y los caminos son todos. Insistir, insistir subiendo, creando, definiendo, estirar los brazos desde lejos (que ahí están, cerca, creciendo en espirales aunque a veces no llegan, carajo) a modo de marco, de recorte, de aislamiento, deviniendo silencio o música suave y hacer de tus manos un mar oscuro hasta perderse, llenarse la vida de brisa tenue, de marea de otoño. Las risas escapan a su posición celeste, las nubes de hojarasca se hacen piel. Vos, tu soltura y el desvelo; la ciudad un mismo insomnio, las preocupaciones arrastradas hacia bahías productivas, los desaciertos cotidianos y el mutismo del mundo. Vos, el sol y la palabra. Y la forma descarada de romper con las creencias, con las horas señaladas, con los paraísos perdidos, los vuelos atrapados, los días de nubes, los versos sin sentido y los ojos delineados.
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